
Jose Miguel
No soy chef. Solo soy el hijo de una madre que aprendió a cocinar con amor.
Yo no crecí con platos perfectos. Mi mamá hacía sopas negras —literalmente—.
Pero no se rindió. Aprendió por amor.
Y cuando algo le salía bien, yo le decía con sinceridad:
‘Esto no lo cocinaste tú, ¿verdad?’
Porque me costaba creer que ese plato tan rico viniera de ella.
Con el tiempo entendí que no era talento, ni suerte.
Era insistencia, cariño… y una confianza que fue construyendo paso a paso.
Eso me marcó. Y hoy sé que cocinar no es algo que se te da o no.
Es algo que se aprende cuando dejas de tenerle miedo.
Cuando confías en tu forma de cocinar, todo cambia:
🌈 Tus hijos comen sin que tengas que rogar
🌱 Te sientes capaz, tranquila/o, orgullosa/o
👨👩👧👦 La mesa deja de ser un campo de batalla, y se convierte en un lugar de conexión
Y no, no necesitas ser chef. Solo necesitas una guía humana, paso a paso.
Reserva tu lugar ahora. No importa si nunca has cocinado bien. Aquí no venimos a juzgar, venimos a empezar.